CUARENTENA: UNA OPORTUNIDAD PARA FORTALECER LA FAMILIA

El diálogo y llegar a acuerdos son claves para sobrellevar esta difícil situación que enfrentamos.
–Dpto de Bienestar Escolar INEDEC

REFLEXION PARA PADRES DE FAMILIA
Ante la incertidumbre que crea el nuevo coronavirus (COVID-19), la inteligencia emocional se vuelve clave para mantener la calma.
Ante la amenaza provocada por el covid-19 todos estamos sufriendo muchos cambios y de forma muy repentina. En días hemos tenido que enfrentarnos a una situación completamente nueva y adoptar una serie de medidas extraordinarias que han dado un giro muy grande a nuestra vida diaria como estar confinado con toda la familia en casa.
En estos momentos de constante cambio e incertidumbre es de suma importancia mantener la calma, practicar la empatía, y buscar la manera de que esta crisis afecte lo menos posible nuestro día a día. Es necesario buscar reducir los niveles de ansiedad y enfocarse en lo que es realmente importante: la salud.
De nosotros depende convertir el confinamiento por coronavirus en un recuerdo agradable para los más pequeños y jóvenes, y la cuarentena en un momento excepcional donde la familia se mantuvo más unida que nunca. Pese a las muchas dificultades que la crisis del coronavirus presenta, también presenta oportunidades que tal vez no se repitan nunca. Pasar tiempo con los niños y rodearles de afecto y cariño son las claves para atravesar esta situación de la mejor manera posible.
Pero desde la cuarta semana de confinamiento frente al coronavirus, las necesidades reales de las familias se van volviendo más visibles: estamos más estresados y más nerviosos que en los estadios iniciales de la pandemia y necesitamos ayuda para amortiguar las tensiones y detectar las pequeñas cosas que podemos hacer para mejorar la situación en casa. Con menos herramientas que nosotros, para los chicos/as puede ser especialmente difícil expresar como se sienten y qué necesitan de nosotros como padres de familia.
Debido a la estrecha relación entre los miembros de la familia, la conducta de cualquier miembro afecta directamente al resto de miembros y al compartir más tiempo juntos por el confinamiento por el coronavirus aumentan las probabilidades de que aparezcan disputas, conflictos, discusiones y mal entendidos. A continuación, vamos a presentar las dificultades más frecuentes que nos encontramos en la convivencia familiar con el objetivo de poder identificar las situaciones más problemáticas, darnos cuenta cuales pueden ser nuestros puntos débiles y poder subsanarlas para garantizar una convivencia agradable y llevadera. Cuando ocurre el conflicto familiar, este provoca una inestabilidad que hace peligrar la homeostasis habitual y surgen dificultades para su gestión, por eso debemos contar también con algunas herramientas que pueden ser útiles a la hora de afrontar las distintas dificultades que nos
surgen. Entre las dificultades de convivencia más habituales que nos podemos encontrar, así como algunas más específicas relacionados con el confinamiento actual serían:
• Percepción de pérdida de libertad personal que puede genera sensación de ahogo y angustia que hace que nuestro comportamiento sea más irritable y generar conflictos con más facilidad.
• Problemas relacionales, ante diferentes opiniones, creencias o malentendidos.
• Resentimiento por el manejo deficiente de situaciones.
• Problemas de comunicación que terminan en discusiones y enfados.
• Sensación de invasión personal y de espacio.
• Dificultades en ocupar el tiempo libre y volcar la angustia en el otro.
El confinamiento es impuesto sin entender muy bien el motivo real y sus hijos lo viven como algo antinatural al no tener la posibilidad de salir a la calle y correr, jugar y saltar. Por lo que los niños mostrarán su malestar de la forma más fácil para ellos, que es a través de la conducta. Es probable que sus hijos reflejen su conducta disruptiva a traves de:
• Desobediencia.
• Ansiedad.
• Dificultad para llevar a cabo tareas habituales.
• Rabietas, etc.
Entonces, es frecuente que ustedes padres también presenten dificultades para el manejo de las situaciones creadas por sus hijos al no estar acostumbrados a pasar tanto tiempo con ellos. Se pueden desbordar y perder el control con facilidad, por lo que recomendamos que primero se regulen ustedes, busquen su tiempo y espacio, busquen apoyo profesional (actualmente con su docente orientadora o en su EPS en formato online) y tomen conciencia que al estar ustedes más tranquilos y equilibrados, podrán brindar mejor manejo de las situaciones de conflicto y calmar a sus hijos.

 

 

 

¿Cómo podemos actuar para hacerles todo esto más fácil a nuestros hijos?
1. Controlar la información que reciben
El primer paso es darnos cuenta de que los niños y las niñas no procesan la información de la misma forma que nosotros. Por eso es necesario protegerles de aquella información que puedan no entender o malinterpretar. “Es importante procurar evitar delante de ellos hablar de nuestra preocupacion sobre el virus, los contagios o los fallecimientos”
2. Comunicarnos con ellos
También es imprescindible crear un espacio donde se pueda hablar y se puedan expresar emociones desagradables como la tristeza, el enfado y el miedo. “Tenemos que ser capaces de contener y acompañar emocionalmente a los niños, entendiendo que sus necesidades se están viendo limitadas. No salir, no ver a sus amigos, no ir al colegio, son cosas que pueden generarles gran frustración”.
Las emociones desagradables son respuestas adaptativas que no tenemos que rechazar: “Es más preocupante que los niños repriman, no verbalicen su preocupación y no sepan canalizar la ansiedad. No hay que prohibirles las pataletas y que se enfaden, sino empatizando con ellos, agachándonos, poniéndonos a su nivel, acompañándoles desde el afecto”.
3. Crear rutinas flexibles
Además de para mantener la salud de los adultos, para los niños es importante que en cada casa haya un horario establecido: “También han de ser flexibles, porque en un contexto así no podemos ser rigidos, pero hay que intentar que haya tiempo para todo: jugar, leer, estudiar un ratito, la tecnología —con la que también tenemos que ser más flexibles— y el ocio en familia
4. Establecer normas entre todos
Algo imprescindible para estos días de confinamiento es acordar cuáles son las normas que se siguen en casa: “Que en familia se llegue al acuerdo de algunas normas que hay que cumplir y que pueden ser diferentes a las anteriores”. Pero estas normas no deben ser impuestas sino acordadas entre todos los miembros de la familia.
5. Fomentar su autonomía
Aunque preparemos para ellos actividades de ocio, cuentos, manualidades, puzzles, pasatiempos o juegos de mesa en familia, tambien tenemos que contemplar en las rutinas actividades de autonomia como vestirse, colaborar en casa, tender o realizar pequeñas funciones en el hogar.
6. Adaptarnos a ellos
Cualquier exigencia o responsabilidad del menor tiene que estar adaptada a su etapa evolutiva: “No podemos pedirle a un niño que haga cosas que no tiene autonomía para hacer, y esto no solo depende de la edad sino tambien de la persona”. Hay que acompañarles hasta que adquieran el aprendizaje y proponerles tareas que pueden cumplir y no les genere una carga de estrés añadido.
7. Dejar espacio al tiempo libre
“El aburrimiento es creatividad y desarrollo de la fantasía“
¡También es importante dejar que se aburran!
8. Mantener el contacto con los demás
Los niños y los abuelos también deben hacer video llamadas: “Es importante mantener el contacto con otros familiares y amigos por videollamada u otras aplicaciones. Hay figuras relevantes para los niños como son sus amigos, sus abuelos, y es muy importante mantener la comunicación de forma sencilla y lúdica”.
9. Acompañarlos en sus emociones difíciles
La importancia del afecto, el cariño y el acompañamiento en la expresión emocional: “Es normal que estén frustrados, que sientan la presión, que estén inquietos porque no pueden canalizar la energía. Los adultos somos nosotros y tenemos que tener la capacidad de autocontrol y de acompañamiento emocional para que el día a día sea lo más llevadero posible”.
10. Controlar nuestra agresividad
Para que lo anterior sea posible, también tenemos que preocuparnos por nosotros mismos: intentar no agotarnos, no exponernos más de la cuenta y no convertir nuestra frustración en agresividad contra los menores: “Es importante que los niños se sientan protegidos y cuidados por sus cuidadores primarios. Vivimos un tiempo único y es algo temporal, transitorio, que va a pasar; la familia nunca va a estar tanto tiempo junta, así que mejor crear un recuerdo bonito”.
“Las claves: seguridad, cariño y afecto“